Se acerca el final de la pista cubierta y con ella el momento de una decisión que tomé hace ya algún tiempo. Desde hace dos temporadas vengo arrastrando problemas físicos para los que, para mi desesperación, aún no tengo diagnóstico en firme. A principio de temporada levanté el pie del acelerador y tocó ponerlo en el embrague: viajes, más viajes, médicos y más pruebas para intentar dar con la solución.
A su vez, podía entrenar con una normalidad adaptada a las circunstancias y limitaciones de mi dolor, pero con desesperación he ido viendo como las semanas pasaban, mi cuenta corriente mermaba y la lesión, pese a todos mis esfuerzos, empeoraba. Ahora, tras un punto de no retorno, de darlo todo, literalmente, para soñar con correr sin dolor ni dudas, ha llegado el momento de tomar una decisión. Pese a que hemos conseguido entrenar adaptándonos al dolor, no he conseguido que el dolor se adapte a mi estado de forma… Y así, caprichosamente decide hacer su aparición respetando un patrón que me hace salir siempre con la sensación de jugar a la ruleta rusa. Y con la suerte que yo tengo, esa no es una buena opción.
Pese a que hemos conseguido entrenar adaptándonos al dolor, no he conseguido que el dolor se adapte a mi estado de forma…
Al inicio de la pasada temporada me marqué dos promesas personales, necesitaba respetar el ciclo olímpico, pero a su vez, deseaba que terminase para comenzar una nueva etapa. Ahora llega el momento de cumplir la otra. Cuando en septiembre las sensaciones y la alegría volvieron a aparecer, también lo hicieron los achaques que pensaba se habrían ido de vacaciones. Ahí empezó una cuenta atrás agobiante e hiriente, que sigue marcando dígitos en rojo.
Cuando me preguntan qué te ocurre, lo que más rabia me das es no poder sentenciar en dos o tres palabras, sino que tener que explicar una acumulación de desagradables despropósitos que me han traído hasta aquí. Hoy me venía a la cabeza una metáfora que quizá ayudaba. Me siento como si estuviese en frente de un examen, el cual he preparado perfectamente, en el que leo las preguntas y sé con garantías las respuestas. Sé que opto a notaza, que me conozco al dedillo la lección y tengo la seguridad de expresarlo perfectamente. Y de repente… ¡me quitan el bolígrafo! Ya no puedo escribir, el profesor me deja sin examen, sin ninguna explicación.
Esa es mi frustración, sentirme físicamente tan bien como hace mucho tiempo no me sentía, tranquila y disfrutando del regalo de poder, al menos, correr. Y sin razones, ya no puedo seguir. A veces llevo dos preguntas contestadas, a veces solo me queda una. Pero, nunca puedo terminar como yo querría. Y entonces me dan ganas de gritarle al profesor: ¡Pero por qué! Yo no he copiado ni he hecho nada mal, porque no le quitas el examen a otros que sí lo hacen y sí te sigues cebando conmigo. Pero en este deporte parece que hay nobleza, a cuya sangre azul el atletismo le respeta. Mientras que los pobres campesinos, currantes y trabajadores, a veces tenemos suerte y después de labrar y más labrar, recogemos frutos. Otras veces parece que el terreno ni si quiera es fértil.
Así que llegados a este punto, aquí la presente va a optar por el barbecho.
Este martes me infiltran a nivel nervioso en la espalda, dónde mi temores no querían tener que llegar a tocar. Pero después de probar todo a nivel local, parece que nos vamos quedando sin más opciones. Espero que ese tratamiento me demuestre si estamos en el origen de este dolor, y de ser así, valoraremos la mejor opción. Lo que sí sé seguro, es que aunque mejore, aunque dé con la solución, este año dejaremos el corto a las ocasiones que simplemente no me resten. No quiero seguir luchando contra gigantes, sin las armas adecuadas, no quiero terminar completamente decepcionada, no quiero sentir que del atletismo ya no estoy enamorada. Así que por fin haré caso a un sabio y este verano no tendré expectativas. Mi único objetivo será recuperarme, poder volver a hacer competiciones largas sin dolor, disfrutar de cuando me vista de corto y si decido acariciar el tartán: que sea con todo mi amor.
Si decido volver a acariciar el tartán, quiero que sea con todo mi amor
No será amor entregado y apasionado, quiero que sea respetuoso y calmado, afianzado y respetado. Quiero disfrutar de ayudar a mi club, de dejar el crono aparcado y de entrenar a los límites que mi alma ponga, y no mi cuerpo. Quiero dejar actuar al barbecho, poder sembrar otros campos que con la lesión y todo el tiempo que me ha robado, he tenido que dejar algo abandonados. Porque sí, yo también soy una atleta que hace muchas más cosas, incluso aunque algunos me quieran criticar diciendo que demasiadas. Esas personas deberían saber que hacía las mismas o más, cuando hice 4’08” hace ahora justamente 5 años. Que como digo, yo no soy nobleza, soy campesina, de sol a sol curtida desde muy pequeña, porque así ha sido mi vida y así he aprendido a vivirla. Que mi rendimiento no es que haya bajado, es que se encuentra muy limitado, porque yo no me he escondido, y he seguido compitiendo lo que mi cuerpo me ha permitido por el dolor. ¿Sabia decisión? Puede que no, pero sin competición, no entiendo el esfuerzo que he hecho hasta aquí. Yo lo veo de otra manera, he sido capaz de hacer 4’15” y 2’04” con una gran limitación. Criticar cómo camino, sin llevar mis zapatos puestos, es más sencillo que tratar de ponértelos.
Pero no quiero que esa toxicidad que el atletismo parece inocular a veces en tu organismo, aparezca si quiera hoy por aquí. Quiero reaprender a quererlo como lo estoy haciendo ahora, desde otra posición. Como atleta de club, como miembro directivo y lo que me hace más feliz: como entrenadora. Quiero ver su parte pura y honesta, su raíz verde sin corromper. Quiero coger un injerto estos meses de este nuevo campo, para labrarlo cuando mi barbecho esté preparado.
Así que hoy me prometo que a partir de este aire libre, ya no habrá tristeza por un resultado, porque por ahora, ese deja de ser mi meta. Mi meta no será otra que la de volver a rehacer los pilares, que otras veces ya me ha tocado, con la ventaja de que ahora sé que ya fui una vez capaz de hacerlo y con ello llegaron los mejores momentos. Y cuando empiece de nuevo el invierno, volveré con más fuerza a coger las herramientas para empezar a construir mi nuevo gran proyecto. Gracias a todos los que cuando vuelva a estar sembrando, estarán, como siempre, con el hombro arrimando.
8 respuestas a “Tiempo de reflexionar, tiempo de sembrar”
Venga animo ya volveras y disfrutaras intuyo varias cosas que no son buenas y te van minando mejor parar lo que haga falta y volver con esa ilusion del principio y ya sin problemas fisicos Ahora es imposible que mejores asi imagina que se quedara en algo cronico no se como no te dicen que pares los medicos no se Igual opino demasiado pero me da tristeza que estes asi
Me gustaMe gusta
Te quiero ver en Ajo ganando tu primera carrera de invierno. Y deseo que te desaparezcan las molestias para entonces Ánimo y que el barbecho de resultados. No arroges la toalla todavía es pronto y puedes dar muchos triunfos.
Me gustaMe gusta
A ti no te hace falta sembrar atletismo, tu eres parte de esas plantas por donde el atletismo respira y oxigena el campo del más hermoso de los deportes.
Ánimo y suerte Isabel.
Me gustaMe gusta
Eres una valiente, una luchadora que después de una temporada de sufrimiento debe pararse para tomar aliento, para volver todavía más fuerte. Quién iba a pensar que esta lesión se iba a complicar tanto, pero tienes la buena cabeza de saber lo que te conviene, que no es poco. Al final, todo saldrá bien porque es lo que se merecen las trabajadoras natas como tú. Y si no, es que no es el final.
Me gustaMe gusta
Hola Isa, ¿has probado a ir a un quiropráctico? Quizás tengas una subluxación no conocida y el ir a un quiropráctivo te podría ayudar. Yo voy a uno en mode preventivo y me va muy bien. Mucha suerte y que te recuperes pronto
Me gustaMe gusta
Hablas desde la calmada madurez y es bueno. Ojalá el tratamiento te permita remontar y que puedas seguir disfrutando de dar zancadas. Ahora que me sobrevuela ligeramente y por primera vez la sombra de la lesión, sin ser esto mi vida (ni mucho menos!) , no puedo ni imaginar el cúmulo de sensaciones que debes de sentir.
De verdad que espero que te recuperes, porque es un gusto verte en las pistas.
Un abrazo enorme!
Me gustaMe gusta
Muchísimo ánimo Isa, respeto tu decisión al 100% aunque me entristezca, puesto que ya sabes que te sigo desde hace mucho tiempo y me encanta verte a tope. Para mí siempre serás un ejemplo a seguir en el atletismo nacional, así que a recuperarse y a coger impulso para volver a estar a tope y a disfrutar corriendo #YoSoyDdIsaMacias
Me gustaMe gusta
Que bien te expresas isa! A pesar de ser una triste historia , a la vez tiene su parte bonita, ya que hablas de superación, de ganas de luchar, de ganas de volver , de ganas de disfrutar como lo hacias antes.
Son muchos los años que han pasado , desde aquel campeonato de cros en Santander, era la priemra vez que te veia y desde ese día hasta el de hoy ha seguido escuchandose tu nombre, has seguido estando en lo más alto, has demostrado que esa niña de temprana edad , que ya tenía grandes cualidades, siguió progresando y progresando hasta conseguir ser una de las mejores atletas españolas de la prueba de los 1500!!!
Ahora tu cuerpo necesita atención, que lo mieles aun más y una vez que vuelva a recuperarse , entonces seguirá el largo camino que aún te queda por recorrer.
Te deseo una pronta recuperación , se que eres fuerte , porque siempre lo has sido y lo seguirás siendo!! Seguro que volveremos a correr juntas muchas más. Carreras!! Un abrazo muy muy grande campeona!!
Me gustaMe gusta