SuperMum

El pasado mundial de Doha ha dejado valoraciones y sensaciones muy distintas. Pero sí parece haber una experiencia común de las participantes femeninas que allí compitieron. Ana Peleteiro narraba como tuvo una desagradable experiencia en el hotel donde “había gente local y un día iba con ropa corta y vi que un hombre qatarí me grababa un vídeo». Al parecer las autoridades del país recomendaron a aquellas mujeres que quisieran acceder al interior de las instalaciones deportivas que llevaran «ropa discreta» para evitar problemas. «Yo intenté adaptarme a su sociedad y costumbres, pero el atletismo es uno de los deportes más igualitarios que hay. Por eso resulta contradictorio que en el deporte se defienda tanto a la mujer y después se organice una competición en un país como Qatar». Igual de clara se mostraba Pérez: “en este país una mujer, yo misma, no puede inspirar a otras mujeres a hacer atletismo porque las mujeres que me están viendo no tienen la posibilidad, por cuestión cultural, de hacer lo que yo hago”

Pero como mujer y madre hubo un gesto reivindicativo en pista que me caló, o así lo sentí yo, imagino que por empatía. Shelly Ann Fraser-Pryce recuperó el trono en la velocidad al ganar la carrera los 100 lisos dos años después de dar a luz a Zyon (3 meses antes que yo, Mommy Roket e IronMum, salvando las distancias) . Lo celebró dando la vuelta de honor con el pequeño en la pista.

También consiguieron un oro Allyson Felix en 4×400 mixtos y Liu Hong en marcha , después de su reciente maternidad.

Félix hizo público el problema de conciliar la maternidad y el alto rendimiento, así como los errores del sistema cuando levantó la polémica por su denuncia pública contra Nike por la sustanciosa rebaja en su contrato por el parón en su carrera. En un artículo en el New York Times, la deportista llegaba hablar de que la maternidad para una mujer atleta podía ser considerada por muchos como “el beso de la muerte” y el principio del fin de una carrera en las pistas.

NUESTRO PRIMER REFERENTE NACIONAL

Aquí en nuestro país, yo hice público un error administrativo parecido con las ayudas de maternidad del Consejo Superior de Deportes. Gracias a la buena labor legal de Javier Ten y la sensibilidad tanto de María José Rienda como de Mariano Soriano, esa incorrecta interpretación no se volverá a hacer. Pero no quería ir solo al tema administrativo, sino a la incertidumbre que supone deportivamente.

En España, si alguien quitó miedos a la maternidad en el atletismo fue Natalia Rodríguez (aunque después de hablar con ella, nunca lo hubiéramos pensado así muchas). Recuerdo que yo ese año no pude acudir al Meeting que se celebraba en Montjuic, donde ella reaparecía. Ojiplática me quedé al verla con los abdominales mas bestias de su carrera solo 9 meses después de dar a luz. Allí no consiguió la mínima, se quedó cerca, pero lo logró sobre la bocina, el último día  para conseguirlos: unos bestiales 4’03”68.

Paso ronda, semis y apareció esa Natalia trasgresora con su cabeza rapada para lograr un estratosférico puesto de finalista.

En ese momento las atletas vimos la luz, se empezaba a hablar de las “ventajas” de ser mamá en activo. Que si hormonas, que si estaba demostrado que te volvías una hulk de ti misma…¡ilusas!.

El propio Miguel Escalona, su entrenador, daba en ese momento con quizá la clave: “físicamente me impresiona, es un cambio brutal. Puede estar a la altura de cualquiera. Con cargas de trabajo no tan altas saca más partido. Quizás las hormonas no sean el causante del proceso, sino su consecuencia”.

En momentos en el que no había tanta información accesible, en el que ella tampoco podía contar y compartir cómo había enfocado el entrenamiento en ese periodo tan exigente, aquellas que no queríamos sacrificar el ser madres y seguir en activo, solo veíamos ese puesto y ese cuerpo. No todo lo que había detrás.

Ahora que yo misma lo he vivido en mi propia piel admiro más a Natalia cuando me confiesa que: “no tuve nada de asesoramiento profesional, solo el ginecólogo me pidió que respetara el tiempo de cuarentena y el trabajo de suelo pélvico antes de empezar a trabajar con impacto. Fui sobre la marcha escuchando mi cuerpo”. Tal y como es ella, intuitiva, en la vida y en la pista.

Y entonces relata la verdad que vivimos y que imagino a la propia velocista jamaicana experimentando fuera del foco. “Fue una temporada de locos porque no había planificación ninguna, disponía de la ayuda de mis padres por las tardes y de mi ex-marido David, y yo podía ir entrenando. Pero fue una locura, porque ese año estaba sin beca, se dieron una serie de cosas en contra y mucha presión, así que hice las cosas sin pensar, dejando la mente en blanco y por sensaciones.”

Donde dormir poco no era solo consecuencia de la nueva vida llamada Lupe, porque, aunque era una niña que dormía bien, la presión y el estrés que sentía la atleta por ir a los JJOO era tan grande que no descansaba. “Pero eran tantas las ganas que compensaba y podía entrenar con normalidad”.

Solo dio lactancia 2 meses, la recomendación del ginecólogo fue que no la alargara más porque no iba a aguantar físicamente, además de que la deportista se podía lesionar por la exigencia física. Y efectivamente se lesionó. Los JJOO eran 9 meses después del parto y la recuperación física total es de media un año. Natalia forzó la máquina a tope.

Resultado de imagen de natalia rodriguez final pekin“Parece que salió bien porque el resultado fue bueno, pero en realidad no fue así, porque tuve una fractura de estrés en el pubis y estuve mes y medio sin poder correr, en mayo. Así que hasta junio no pude retomar la normalidad.” Todo esto con el cronómetro en su contra. Quizá no es lo que muchos esperaban leer, ya que como dice ella: “no es una experiencia para contar para que alguien siga el ejemplo. Es de película de miedo, de pasarlo muy mal y gracias a que compensó todo ese esfuerzo y locura. Pero fue desagradable la experiencia.” Pero además, como ya me dijo en su momento: “mucha gente dejó de confiar en mi vuelta a la élite, la mayoría me dio la espalda, incluidos patrocinadores y demás, porque el ser madre para ellos supone que no vas a competir, no les eres rentable”

No es una experiencia para contar, para que alguien siga el ejemplo. Es de película de miedo, de pasarlo muy mal y gracias a que compensó todo ese esfuerzo y locura. Pero fue desagradable la experiencia.

Y parece increíble cuando recuerdas esa carrera, donde su cuerpo aguantó lo que pudo y logró alcanzar lo que la atleta se propuso. Lo que muchos no habíamos entendido es que, aunque en Pekín la viésemos desplazar elegante y ligera, había llevado una difícil mochila para llegar hasta allí. La carga que supone muchas veces conciliar, pero que sin duda merece la pena seguir luchando por concienciar.

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Una respuesta a “SuperMum”

  1. Qué grande es Natalia Rodríguez! La conocí a ella en las carreras que corríamos con 8 o 9 años,ella nos pasaba a todos un trozo descomunal a todas las demás en las pistas de atletismo de Campo Claro en Tarragona. Y ahora gracias al cole dentro de unos días podré conocerte a ti Isabel, sabiendo lo que hiciste por las mujeres y descubriéndote como persona además de como atleta me declaro fan. Muchas graciaS!
    María

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