La última meta de @Macias1500

Quiero pensar que es algo poético empezar el año diciendo que esto se acaba para mí.

Cuando empecé a correr por el 93 casi sin saber que lo hacía, no me podría haber imaginado cómo aquella casualidad iba a cambiarme la vida. Como ese deporte me iba a regalar una oportunidad, como un camino de posibilidades se abría para una niña que a priori: no las tenía.

Hoy empieza una nueva temporada atlética, hoy terminan para mi más de 20 cursos deportivos en los que he acudido a campeonatos de España desde que allá por el 99 lograse mi primera medalla de cadete.

Me forjé con dureza, me volví una guerrera que siempre ha luchado hasta la extenuación. Que siempre ha peleado cada meta, fuera la que fuera. Me convertí en una deportista que siempre lo intentaba, que todo sueño que se marcaba lo combatía hasta que se acababan los metros… y que, como buena maña, si de ella dependía, por cabezota lo conseguía. Pero siempre he sentido que pagaba más peaje, que mi equipaje era más pesado, que me tocaba apretar los dientes un poquito más.

A veces he creído que valía menos de lo que sentía, que no podría hacer nada que fuese “importante” y me he querido rendir muchas veces, muchas. Quizá presa de alguna de mis decisiones o de mi miedo a fallar a los demás, en algunos momentos he sentido que no he podido crecer o vivir este deporte como me merecía.  El momento, el sitio, o los tramposos, me han ido arrebatando fuerzas con cuentagotas por el camino y, ahora, todo esto que hemos vivido, me ha dejado exhausta…agotada.

El 2020 iba a ser mi último año de intentarlo, del último baile, de sentir esa garra de estar al 100% de mis posibilidades sin dolores. Tras esas dos horribles operaciones y su eterna rehabilitación, tras recuperarme del embarazo, tras por primera vez sentirme feliz con el atletismo de verdad, quería cerrar este bonito capítulo de mi vida…pero, sacudieron nuestras vidas y a mí me ahogó.

Tras semanas pasándolo mal, tras la lucha angustiosa de las secuelas físicas que el confinamiento ha tenido para mí, la vida a veces decide por ti. Me dije que solo había que esperar un poco más, lo vi una oportunidad para avanzar, para preparar el 3000, para seguir evolucionando. Pero, cosas de la vida, estas últimas semanas he sentido que ciertos hechos me han dejado sin fondo de maniobra, y me ha tocado tomar la decisión de ser otro negocio que debe cerrar la persiana.

Muchas veces he estado muy frustrada, muy infeliz y muy decepcionada con el atletismo. Me he sentido muy abandonada…hasta que aprendí que solo quitas lastre si aquellos a quienes considerabas importantes, se alejan de ti.

Empecé a comprender lo importante que era todo lo bueno que cada zancada me había dado, que hasta lo malo solo era un aprendizaje para avanzar a la siguiente salida. Que, aunque algunas veces me costase más, siempre conseguía levantarme. Cambié el enfado por el amor de aquellos que se quedaban, de los que me ayudaban y esta última fase, os puedo asegurar que han sido enormes personas a las que me he encontrado.

Me da miedo dejarme a nadie, porque al igual que para una primera impresión… solo hay una oportunidad para decir así adiós.

Aquel que conoce un poco mi historia, sabe que fue José Luis Morte aquel ángel que cambió mi futuro y que con su Estrella confió en una niña que jamás hubiese tenido autoestima ni tales posibilidades en la vida. Siempre me dices que me paso de agradecértelo, yo siempre creo que jamás será suficiente…

Mamá, como agua y aceite, pero si algo aprendí de ti es a luchar con uñas y dientes. No sabes cuantas veces me ha dolido tener que correr con mi apellido en el pecho, pues nuestra familia vino después y son quienes nos han demostrado lo que es este concepto. Gracias Víctor por todos estos años, sin hacer ruido, pero siempre a nuestro lado y al de mi hermano.

A Jesús Romero mi agradecimiento por todos esos años de crecimiento, de aprendizaje y de madurez deportiva.

A esas personas que me ha tocado conocer en el plano sanitario y humano, pero que han sido las boyas que han buscado cómo mantenerme a flote. Como mi querido “primo” Carlos Macías y las infinitas gestiones, a Pepe Sarasa y Javier Pérez Monreal, que fueron quienes dieron con la tecla y me llevaron a conocer al vascular Javier Álvarez, quien me operó, y a Benjamín Fernández que llevaron mi rehabilitación desde Gijón. A mi querido equipo de FisioZaragoza y Podium, quienes ha luchado día a día por mí y mis retos. A los servicios médicos de la RFEA.

A Javi Zapata, el corazón de Adidas, gracias por la humanidad y el amor que das a mi deporte, eres un gran hombre.

A ti, querido Miguel Ángel Mostaza, ya no te daré tanta tabarra, ya no te meteré tanta caña…pero tú sabes que me echarás de menos. Gracias eternas por estos años de trabajo, sin ti jamás hubiese logrado esa mínima olímpica. Nunca te librarás de mi y lo sabes, y mañana mismo te estaré pidiendo un nuevo dorsal.

A Toñi Martos, por abrir el caparazón y quitarme el traje de superwoman y convertirme en una persona aún más llorona, pero quizá más humana. Trabajar contigo no me hizo mejor atleta, me enseño a respetarme y conocerme como persona.  

Y como no podía ser de otra manera, a mi marido, a mi compañero, a mi entrenador y al mejor apoyo que jamás nadie ha podido tener. Luis, cuántas veces me has levantado, cuánto me has enseñado y cuánto he aprendido de ti como persona. Se que hoy no estás preparado, que al final todo esto se ha precipitado… pero estando juntos, ya sabemos que podemos superarlo. Gracias, por tanto, por hacerme evolucionar en el plano personal, por mostrarme lo bonito de entrenar y empaparme de tu sabiduría para hacerme también mejor entrenadora.

Jamás podría haber soñado un compañero de viaje como tú, eres el mejor padre que podía haber anhelado y me hace enormemente feliz saber que nuestro hijo te tiene a ti.

Gracias a todos los que me queréis, a los que habéis confiado en mí, a los que me habéis animado durante el camino…a los que de alguna manera me habéis dado oxigeno cuando me quedaba sin aire. A todos mis clubs, a mis patrocinadores, a todas las personas buenas que el atletismo me ha presentado. A mis grandes amigos, a mi hermana Elena.

Pensaba que iba a ser más fácil poner el punto y aparte…pensaba que ese instante aún no iba a llegar. Pero cuando hoy me he quedado sin aire corriendo, pensando en este instante, sabía que ha llegado el momento.

No me merezco llorar más, no me merezco más sufrimiento… no necesito seguir sintiendo que debo hacerlo. Mañana volveré a correr, mañana volver a buscar poner mi corazón a cien, pero desde mañana me calzaré cada día las zapatillas solo porque es lo que yo quiero hacer.

No me despido del atletismo, lo hago más mío que nunca. Pues todo lo que haga por él, nunca será suficiente para pagarle lo que él me ha regalado a mí. Solo firmo un contrato conmigo misma para recordarme que siempre lo he hecho lo mejor que he podido, pero que ha llegado el momento de seguir creciendo. Quizá llegue el momento de despedirme de Macias1500, habrá que buscar un nuevo álter ego en este proceso.

Y si has llegado hasta aquí, también te doy las gracias a ti. Si solo puedo sacar algo bueno del distanciamiento, es que estos días no poder recibir cada abrazo, no me desmontará aún más en mil pedazos.

Cuando cruzas una meta, te diriges de nuevo hacia una línea de salida. Nos seguiremos viendo en las pistas.

5 respuestas a “La última meta de @Macias1500”

  1. Eres y seguirás siendo muy grande, dentro de las pistas como gran atleta y fuera de ellas como gran persona. Muchisima suerte en tu nueva vida. Besicos

    Me gusta

  2. Debe ser doloroso terminar así la carrera… Pero, como tras un bache con una mala prueba, hay que mirar hacia delante, a toda una maravillosa vida que tienes por vivir junto a tu gente. Y los grandes recuerdos siempre estarán ahí.

    Me gusta

Deja un comentario


Crea una web o blog en WordPress.com