Tras un tiempo de desconexión, y una dura vuelta a la realidad, vamos tomando poco a poco el retorno a la rutina.  Eso también incluye en arrancar las andaduras por el medio digital…

Pero el regreso a mi rutina, este año, se va a caracterizar porque no tiene nada que ver con mi rutina, porque voy a comenzar una nueva rutina para mi… ha llegado el momento de dar un paso adelante, de modificar mi vida de una manera sustancial, de arriesgar por buscar esa evolución como atleta, pero sobretodo como persona. A veces, la burbuja en la que vivimos nos resulta un espacio cómodo, pero no vemos que realmente estamos limitados en ese espacio…y el frío y la incertidumbre que rodea a esa burbuja puede resultarnos más desagradable y desconocido que nuestro pequeño espacio actual, pero no vemos que es necesario explorar este nuevo entorno para poder seguir creciendo.

Así que tras varias tentativas de pinchar con una aguja esta burbuja, por fin he decidido hacerlo con decisión. Quizás ha sido necesario que sucedan una serie de hechos que parecen señalarte el camino que debes tomar y sobretodo saber, que pese a que el camino parece largo y oscuro, al final se ve una luz, una recompensa.

Yo voy a ser sincera, desde hace mucho tiempo, aun conociendo que puede haber un premio al final, todo resultaba mas tenebroso…ahora me doy cuenta, de que además, en las sombras de este camino, sin que lo vea, hay manos dispuestas a aparecer en el halo de luz cuando la duda y el miedo me frenen. Soy terca, cabezota, orgullosa, pero me gusta ser independiente, sentirme capaz de levantarme sola…pero voy a ser honesta, luchar por reincorporarte es mas fácil cuando notas el aliento de quien te apoya.

Empiezo a sentirme mas yo, mas capaz de afrontar mi sueños, este año toca sincerarse, pero no con los demás, sino conmigo… “caminante no hay camino, se hace camino al andar”…y mi camino  busca el camino a la felicidad.