Le ha costado llegar, pero el verano ha venido con fuerza a nuestras calles. Seguro que pronto veremos en las noticias los consejos para llevar a cabo nuestra práctica de deporte con seguridad para la salud. Queridos corredores, espero que os lo sepáis ya: evitad las horas centrales del día, buena hidratación, protección solar, intensidades más bajas… Vamos, la retahíla que os deberíais saber y que espero apliquéis. A veces es complicado eso de madrugar más para ir a entrenar antes de trabajar, o nos da mucha pereza retrasar la tirada cuando a las nueve de la noche sigue haciendo calor. Pero no busquéis excusas, sino alternativas.
Porque estas dificultades extra no nos tienen que restar ganas para salir a entrenar. Si tenemos que salir a correr: ropa fresquita, de calidad y con sistemas de transpiración para que nos ayude con el sudor y no perder tantos líquido. Yo reconozco que llevar años vistiendo con Adidas, me ha dado tranquilidad en este aspecto, pero a veces no puedo evitar comprar y ‘picar‘, así que buceo por internet y me compro algún modelito más. Me gusta aprovechar las ofertas que El Corte Inglés suele tener en la web, y como no fallo en la talla, directo a casa. Porque efectivamente hay que tener cuidado con que sea de nuestra talla y cómoda, ya que si no puede provocarnos rozaduras, y para eso una mención especial a los calcetines: en los días de calor, si nos van holgados podemos tener un lío. Otra gran aliada será la gorra, hacerme caso… Yo no suelo llevarla para las series en la pista, porque cuando son ritmos rápidos me molesta, y la semana pasada me quemé el cuero cabelludo. Suena raro, pero no veáis que molestia (esto me pasa por haberme puesto la raya en medio).

Plan B
A veces no hay mal que por bien no venga y quizá sea el momento de aprovechar para trabajar eso que tan abandonado tenemos muchas veces: el trabajo de fuerza. Que no os venga automáticamente las imágenes de halterofilia, hay muchos ejercicios aplicables a la carrera que se pueden trabajar incluso sin pesos. No me remoloneéis, que habréis leído mil ejercicios y artículos sobre la importancia del ‘core’, con sus mil y una variantes de la plancha. Conocéis los ejercicios básicos como la sentadilla, a la que yo os añado dos nombres: peso muerto y el hip trust.

Un ejercicio de memoria visual: a ver cuántos ejercicios recordáis que podáis hacer con el TRX. ¡Lo veis!, conocéis muchísimas rutinas que os pueden ayudar a mejorar en la economía de carrera y todo ello bajo el beneplácito del aire acondicionado del gimnasio. Es el momento de ponerse serio con ello, ve a por tu ‘operación bikini’ particular. A mí, por ejemplo, me gusta llamarla operación keniata: adelgazar, ponerme morenita y correr más rápido.

Más allá de una moda: el yoga
La otra alternativa a la que últimamente me he aficionado, va más allá de una moda: el yoga. Que no te engañen con que es para ‘señoras’ ni estereotipos de esos, o aseguro que aquí la tía con flexibilidad cero, lo pasa fatal en cada clase. Por eso mismo me ha venido muy bien incluirlo en mi rutina de trabajo. Primero: para poder trabajar con consciencia y tranquilidad mi cuerpo. Segundo: para ganar algo de flexibilidad y ayudar a mi maltrecha espalda ganando movilidad. Además, el trabajo que realiza mediante la respiración nos puede ayudar un montón. ¿Sabéis que los músculos respiratorios también se entrenan? Bueno, eso para otro post…

Así que no vale aparcar las zapas y no sacarlas de paseo, quizá con el calorcito lo que se merecen es que las lleves de visita a un lugar más fresquito. Sigue dándole caña a la zapa.